Declaraciones del Secretario General a la prensa sobre la guerra en Ucrania

Ucrania está en llamas.
El país está siendo diezmado ante los ojos del mundo.
El impacto sobre la población civil está alcanzando proporciones aterradoras.
Innumerables personas inocentes – incluyendo mujeres y niñas – han sido asesinadas.
Tras ser golpeados por las fuerzas rusas, las carreteras, los aeropuertos y las escuelas yacen en ruinas.
Según la Organización Mundial de la Salud, al menos 24 establecimientos sanitarios han sufrido ataques.
Cientos de miles de personas están sin agua ni electricidad.
Cada hora que pasa, dos cosas quedan más y más claras:
La primera es que la situación empeora.
La segunda es que, independientemente del resultado, esta guerra no tendrá ganadores, sólo perdedores
Las Naciones Unidas y los asociados humanitarios están trabajando para garantizar el paso seguro desde las zonas asediadas y proporcionar ayuda donde la seguridad lo permita.
Más de 600.000 personas han recibido algún tipo de ayuda.
Mientras millones de personas en Ucrania se enfrentan al hambre y a la disminución de los suministros de agua y medicamentos, estoy anunciando hoy que las Naciones Unidas asignarán otros 40 millones de dólares del Fondo de Respuesta de Emergencia de la ONU con la finalidad de aumentar la asistencia vital para llegar a los más vulnerables, mientras esperamos que las naciones acudan.
Este mecanismo de financiación ayudará a hacer llegar al país suministros críticos de alimentos, agua, medicinas y otros tipos de ayuda para salvar vidas, además de proporcionar asistencia en efectivo a los necesitados.
Pero las vías de entrada y salida de las ciudades cercadas son cada día más precarias.
Subrayo la importancia crucial de respetar el derecho internacional humanitario.
Al menos 1,9 millones de personas están desplazadas dentro del país, y un número cada vez mayor está escapando a través de las fronteras.
Agradezco profundamente la solidaridad de los vecinos de Ucrania y de otros países receptores, que han acogido a más de 2,8 millones de refugiados en las últimas dos semanas.
La gran mayoría de los que emprenden la traicionera travesía son mujeres y niñas quienes son cada vez más vulnerables.
Para los depredadores y los traficantes de personas, la guerra no es una tragedia.
Es una oportunidad.
Y las mujeres y niñas son el objetivo.
Ellas necesitan seguridad y apoyo en cada paso del camino.
Seguiré sacando a la luz la desesperada situación del pueblo de Ucrania, como vuelvo a hacer hoy.
Sin embargo, hay otra dimensión de este conflicto que queda oculta.
Esta guerra va mucho más allá de Ucrania.
También es un ataque a las personas y los países más vulnerables del mundo.
Mientras la guerra llueve sobre Ucrania, una espada de Damocles se cierne sobre la economía global, especialmente en el mundo en desarrollo
Incluso antes del conflicto, los países en desarrollo estaban luchando por recuperarse de la pandemia, con una inflación récord, tipos de interés en aumento e inminentes cargas de endeudamiento.
Su capacidad de respuesta se ha visto mermada por el aumento exponencial del coste de la financiación.
Ahora su granero es bombardeado.
Rusia y Ucrania representan más de la mitad del suministro mundial de aceite de girasol y cerca del 30% del trigo del mundo.
Sólo Ucrania proporciona más de la mitad del suministro de trigo del Programa Mundial de Alimentos.
Los precios de los alimentos, el combustible y los fertilizantes se están disparando. Las cadenas de suministro se están interrumpiendo. Y los costes y retrasos en el transporte de los productos importados – cuando están disponibles – están en niveles récord.
Todo esto está afectando más a los más pobres y está plantando las semillas de la inestabilidad política en todo el mundo.
Los precios de los cereales ya han superado los del inicio de la Primavera Árabe y los disturbios alimentarios de 2007-2008.
El índice mundial de precios de los alimentos de la FAO está en su nivel más alto de la historia.
Cuarenta y cinco países africanos y menos desarrollados importan al menos un tercio de su trigo de Ucrania [o] Rusia – 18 de esos países importan al menos el 50%.
Esto incluye a países como Burkina Faso, Egipto, la República Democrática del Congo, Líbano, Libia, Somalia, Sudán y Yemen.
Debemos hacer todo lo posible para evitar un huracán de hambre y un colapso del sistema alimentario mundial.
Además, estamos viendo claras evidencias de que esta guerra está drenando recursos y atención de otros focos de problemas que precisan ayuda con desesperación.
Renuevo mi llamamiento a los países para que encuentren formas creativas de financiar el aumento de las necesidades de recuperación humanitaria y de desarrollo en todo el mundo, y para que den generosamente y liberen inmediatamente los fondos prometidos.
Mi petición a los líderes es que resistan la tentación de aumentar los presupuestos militares a expensas de la Ayuda Oficial para el Desarrollo y la acción climática.
En una palabra, los países en desarrollo están siendo golpeados.
Se enfrentan a una cascada de crisis – más allá de la guerra de Ucrania, no podemos olvidar la COVID y los impactos del cambio climático – en particular, la sequía.
Con el telón de fondo de estos inmensos desafíos interconectados, anuncio hoy la creación de un Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial sobre Alimentación, Energía y Finanzas en la Secretaría de la ONU.
También he pedido a la Vicesecretaria General que dirija un comité directivo entre organismos con asociados para supervisar este esfuerzo.
En los próximos días, consultaremos a los Estados Miembros que estén dispuestos a liderar las acciones necesarias para llevar adelante la respuesta global de emergencia que se requerirá para estas crisis que se avecinan.
No nos equivoquemos: la gente corriente, especialmente las mujeres y niñas, se llevará la peor parte de esta tragedia que se está desarrollando.
La guerra también muestra cómo la adicción mundial a los combustibles fósiles está poniendo la seguridad energética, la acción climática y toda la economía mundial a merced de la geopolítica.
Por último, una mayor escalada de la guerra, ya sea por accidente o por diseño, amenaza a toda la humanidad.
Elevar el nivel de alerta de las fuerzas nucleares rusas es un acontecimiento escalofriante.
La perspectiva de un conflicto nuclear, antes impensable, ahora vuelve a ser una posibilidad.
También hay que preservar la seguridad de las instalaciones nucleares.
Es hora de detener el horror desencadenado sobre el pueblo de Ucrania y emprender el camino de la diplomacia y la paz.
He estado en estrecho contacto con varios países – como China, Francia, Alemania, India, Israel y Turquía – sobre los esfuerzos de mediación para poner fin a esta guerra.
Los llamamientos a la paz deben ser escuchados.
Esta tragedia debe detenerse.
Nunca es demasiado tarde para la diplomacia y el diálogo.
Necesitamos un cese inmediato de las hostilidades y negociaciones serias basadas en los principios de la Carta de la ONU y el derecho internacional.
Necesitamos paz.
Paz para el pueblo de Ucrania.
Paz para nuestro mundo.
Necesitamos paz ahora.
Gracias.
La transcripción completa de la rueda de prensa, incluyendo las preguntas de los periodistas, está disponible en inglés.
Para más información sobre el trabajo de las Naciones Unidas en Ucrania, visite: Ukraine.UN.org.