3 formas en las cuales la ONU apoya al Perú para hacer frente a la pandemia, proteger el planeta y no dejar a nadie atrás

En pocas palabras, no hay forma fácil de esquivar esta “nueva normalidad” derivada de la pandemia.
Pero, en medio de tantos desafíos, el Perú también ha ofrecido algunas lecciones importantes. En primer lugar, la democracia es un pilar para el desarrollo sostenible. Esto es especialmente importante de subrayar ahora que celebramos el Día Internacional de la Democracia, el 15 de septiembre, sólo tres meses después del proceso electoral en el Perú, expresión de una democracia vibrante.
En efecto, hay que celebrarlo porque nuestro contexto mundial es particularmente difícil. La pandemia ha puesto al mundo entero de rodillas. También ha evidenciado los retos existentes hasta ahora – incluso en los países más ricos – como, por ejemplo, la desigualdad, la exclusión y los prejuicios.
Ahora más que nunca, el mundo necesita cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS). Es necesario un cambio transformacional profundo, y la Agenda 2030 y los ODS son nuestra hoja de ruta compartida para lograrlo.
El Perú ha renovado su compromiso de no dejar a nadie atrás a través de una hoja de ruta para la acción de los ODS acordada conjuntamente con nuestro Equipo de País de la ONU. Acabamos de lanzar el nuevo Marco de Cooperación, un plan de acción para el período 2022-2026 con importantes aportaciones del Gobierno, el sector privado, el mundo académico y la sociedad civil en su conjunto. Este marco es la herramienta de planificación e implementación más importante para las actividades de desarrollo de la ONU en el Perú.
Entre las grandes prioridades del nuevo Marco se encuentra que, para el año 2026, se espera que las personas que viven en el Perú tengan un mayor acceso a un trabajo decente y a un sistema de protección social integral que garantice el acceso universal a la salud (incluida la salud sexual y reproductiva), la nutrición, la seguridad alimentaria, la vivienda digna, la seguridad de los ingresos básicos y un sistema de cuidados, con un enfoque de género y derechos humanos.
Mientras coordino una nueva generación de equipos de las Naciones Unidas en el terreno, me siento obligado a cultivar una mentalidad de crecimiento, la cual nos ayude a convertir los desafíos en nuevas oportunidades y a optimizar el progreso constante del Perú hacia 2030, al:
1. Continuar cerrando la brecha entre estrategia y ejecución
El Marco de Cooperación es la piedra angular de nuestros esfuerzos conjuntos, redefiniendo las acciones clave y catalizando nuestro ritmo de respuesta para apoyar al Perú a través de la recuperación postpandemia y en el establecimiento de su camino hacia el cumplimiento de los ODS de manera más eficaz. En este desafiante contexto, el Marco de Cooperación debe ser más que un instrumento de planificación, y convertirse en un documento vivo que guíe la implementación hacia transformaciones significativas.
Como instrumento basado en evidencia empírica, el Marco de Cooperación desempeña un papel fundamental para que todos sigamos trabajando juntos de forma mucho más eficaz. Esta hoja de ruta guiará el trabajo de 22 Agencias, Fondos y Programas de la ONU estableciendo cuatro prioridades estratégicas: el bienestar de las personas; la gestión ambiental, del cambio climático y del riesgo de desastres; la competitividad y productividad; y la gobernanza democrática efectiva.
Estas prioridades clave responden al último análisis común sobre el país y están alineadas con la Agenda 2030, la Visión 2050 del Perú y las políticas públicas nacionales relacionadas con el Acuerdo Nacional del Perú.
A través del fortalecimiento de la gobernanza, el seguimiento y la evaluación, y la presentación de informes, el nuevo marco debería cerrar la brecha entre la estrategia y la ejecución y optimizar la movilización y la asignación de recursos para el desarrollo sostenible, gracias a su fundamento basado en la evidencia y su enfoque que da prioridad a las personas.
2. Poner a las personas en primer lugar
Una mayor transparencia y rendición de cuentas no solo nos están permitiendo ajustar nuestro curso de acción en función de la evidencia. Todos los Marcos de Cooperación y los Planes de Respuesta Socioeconómica de la ONU—desarrollados en 2020—nos han ayudado a identificar más claramente a los grupos vulnerables y a implicarlos cada vez más en los procesos de diseño de nuestros programas. Estamos convirtiendo a los beneficiarios en agentes de cambio, ya que las personas son la verdadera riqueza de las naciones.
En particular, nuestro Análisis Común sobre el país nos ha permitido identificar y analizar los grupos con mayor riesgo de ser dejados atrás en el Perú, y los principales retos a los que se enfrentan. Estos grupos incluyen a la población afrodescendiente, los defensores de los derechos humanos, las personas con discapacidad, los pueblos indígenas, las personas LGTBIQ+, las personas privadas de libertad, los ancianos, los niños y adolescentes, los jóvenes, las mujeres en su diversidad, los refugiados y los migrantes, los trabajadores domésticos y las personas que viven con el VIH. En nuestro análisis actualizado, también hemos identificado algunos aceleradores que podrían ayudar al país a avanzar en los desafíos que conlleva cumplir los ODS. Y, entre esos aceleradores, uno que destaca es el de atender las desigualdades de forma que se promueva la igualdad de oportunidades en cualquiera de las recomendaciones que se implemente.
En respuesta a la necesidad de trabajar con diferentes enfoques de forma multisectorial, nuestro Marco de Cooperación 2022-2026 se basa en un “enfoque integrado” que ha guiado el diseño y orientará la implementación, el monitoreo, el seguimiento y la evaluación; a la par que integra seis enfoques programáticos transversales (relativos a perspectiva de género, enfoque intercultural, el enfoque basado en derechos humanos, el enfoque de ciclo de vida, el enfoque territorial, y la resiliencia; y el principio de “no dejar a nadie atrás”.
3. Aplicar herramientas mejoradas de seguimiento y presentación de informes

La racionalización de nuestra forma de trabajar juntos, basada en los resultados, ha sido posible gracias al desarrollo y la aplicación con éxito de herramientas de análisis, programación y planificación nacionales e interinstitucionales, como el análisis común sobre el país y el Marco de Cooperación y sus documentos de aplicación conexos.
En particular, el nuevo análisis común sobre el país se elaboró de forma muy participativa, y su análisis actualizado del contexto del país está permitiendo a las entidades de la ONU y a sus asociados apoyar los esfuerzos del Gobierno -junto con la sociedad en su conjunto- para afrontar los retos estructurales e institucionales y abordar las nuevas cuestiones que han surgido en los últimos cinco años y que están configurando las perspectivas de desarrollo sostenible en esta década. Todo ello está contribuyendo a reforzar nuestra atención a los grupos más vulnerables y a los que se han quedado atrás.
Por último, como líderes, debemos mantener nuestro sólido compromiso con la transparencia, la rendición de cuentas y la supervisión, así como nuestra actitud de “ponernos manos a la obra” ante los retos que se avecinan. Encabezar la aplicación de la reforma, responder y recuperarse de la pandemia, y acelerar el progreso de la nación hacia 2030 es un esfuerzo de colaboración. ¿Está usted dispuesto a avanzar con nosotros en esta tarea conjunta?
Escrito por Igor Garafulic, Coordinador Residente de las Naciones Unidas en el Perú, con el apoyo editorial y de traducción de Carolina Lorenzo, Oficina de Coordinación del Desarrollo, y los dedicados miembros del equipo de las Naciones Unidas en el país y de CINU/OCR. Para saber más sobre los esfuerzos del equipo de las Naciones Unidas en el Perú, visite https://peru.un.org/.
















