El acceso a la información es la cura para la información errónea y la desinformación

El 28 de septiembre se celebró el Día Internacional del Acceso Universal a la Información. El tema de este año era “El derecho a saber—reconstruir para mejorar con el acceso a la información”.
Jordania fue el primer país del mundo árabe en adoptar una legislación sobre el derecho a la información en 2007. A pesar de su fuerte liderazgo en este tema, Jordania se ha enfrentado a retos únicos en su aplicación, sin un modelo regional a seguir o mejores prácticas que emular.
El gobierno de Jordania ha tomado conciencia de estas deficiencias y ha sugerido que preparará un nuevo conjunto de enmiendas destinadas a adecuar la ley a las normas internacionales.
La pandemia ha puesto de manifiesto lo importante que es que se respete el derecho de acceso a la información y que tanto los Gobiernos como los ciudadanos dispongan libremente de información precisa y fiable para la toma de decisiones: Una situación en la que todos ganan.
Recuerdo la historia de Maisa, una farmacéutica jordana, quien al principio tenía dudas sobre la vacunación y trató de convencer a otros de que no se vacunaran. Creía que la vacuna estaba todavía en fase de prueba y dudaba de su eficacia—siendo esta una entre las distintas informaciones erróneas difundidas sobre la vacuna.

Maisa sólo cambió de opinión después de participar en las sesiones de concienciación impartidas en alianzas con la ONU en uno de los centros sanitarios de maternidad de la gobernación de Tafileh, donde vive. Allí tuvo la oportunidad de preguntar y recibir información científica sobre la vacuna.
Ella no sólo recibió la vacuna, sino que se unió a las sesiones como facilitadora, y consiguió convencer a otras personas para que se vacunaran.
Tan rápidamente como se propaga la desinformación, la difusión de los hechos y la promoción del acceso a la información debería ser igual de rápida.
La información engañosa o falsa socava la confianza social y pone en peligro el acceso a información fiable. La pandemia ha sido testigo de su parte, sobre todo desde la aparición mundial de la vacuna contra la COVID-19.
Desde el anuncio de la disponibilidad de la vacuna en Jordania, la mayoría de los debates han girado en torno a su seguridad y eficacia. Con ella han llegado la información errónea y la desinformación, que han inundado las redes sociales, las aplicaciones de mensajería móvil, las discusiones en persona y una serie de otros ámbitos públicos. No es ningún secreto que estos rumores han obstaculizado los esfuerzos de vacunación en todas partes, y Jordania no es una excepción. Sin embargo, no debemos olvidar que en el mantenimiento de la democracia y la lucha contra las desigualdades, la libertad de expresión y el acceso a la información son esenciales.
Maisa fue una de las participantes en una iniciativa más amplia, en la que las Naciones Unidas apoyan la respuesta nacional a la COVID-19 para hacer partícipes a las comunidades vulnerables de la seguridad y la eficacia de la vacuna contra la COVID-19. La iniciativa está en consonancia con la campaña “Verificado” (“Verified”, en inglés) del Secretario General de la ONU para combatir la desinformación y aumentar el número de personas vacunadas.
La libertad de opinión y expresión, que incluye el derecho de acceso a la información, es un derecho humano que debe garantizarse. Es esencial para que las personas puedan formar parte de las soluciones, defender su derecho a la educación, la atención sanitaria, la igualdad de género y la justicia y hacer realidad un desarrollo sostenible en el que nadie se quede atrás.
La pandemia no sólo afectó a la sanidad pública; fue una pandemia de abusos contra los derechos y libertades fundamentales, y la libertad de expresión fue la primera víctima.
Jordania ha ratificado el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos, que garantiza este derecho, y debe poner proactivamente la información gubernamental de interés público en el dominio público y hacer todo lo posible para garantizar un acceso fácil, rápido, efectivo y práctico a dicha información.
La pandemia ha sido un duro recordatorio de que si queremos avanzar para mejorar, debemos empezar por recuperar la confianza de la población garantizando el derecho público a la información y que se respeten y protejan sus corolarios de libertad de expresión y derecho de reunión pacífica.
Artículo publicado originalmente en inglés en The Jordan Times. Escrito por Anders Pedersen, Coordinador Residente y Humanitario de la ONU en Jordania, y Min Jeong Kim, representante de la UNESCO en Jordania. Para más información sobre el trabajo de las Naciones Unidas en Jordania, visite Jordan.UN.org.
Para saber más sobre el sistema de coordinadores residentes revitalizado de la ONU, consulte la sección dedicada a dicho tema en el último informe de la presidenta del GNUDS sobre la Oficina de Coordinación del Desarrollo.
















