‘Fagnavotse’: Establecer las bases de un sistema integrado de protección social en Madagascar

'Fagnavotse es una palabra malgache que significa "rescate". También es un programa que abrió nuevas perspectivas para la protección social en Madagascar. Más allá del impacto positivo que ha tenido en las vidas de algunas de las personas más dejadas atrás, incluidas las mujeres y los niños y niñas del Sur, la naturaleza global e integrada del programa es una gran innovación para la protección social en el país.
El Programa Conjunto de las Naciones Unidas comenzó en noviembre de 2020 con la financiación del Fondo Conjunto, de las Naciones Unidas, para los ODS (Objetivos de Desarrollo Sostenible) y el apoyo de la OIT, el UNFPA, UNICEF y el WFP. En consonancia con la Estrategia Nacional de Protección Social, su objetivo general era apoyar al Gobierno en el fortalecimiento de su sistema de protección social, que se caracteriza por importantes núcleos de exclusión.
El núcleo del programa era un paquete de intervenciones complementarias de protección social, que incluía transferencias monetarias no condicionadas y un seguro sanitario para los trabajadores formales e informales; servicios de prevención de la violencia de género y atención a los supervivientes; seguros agrícolas; y actividades relativas a los medios de subsistencia. El paquete integrado se ofreció a las poblaciones más vulnerables de tres municipios del distrito de Amboasary, en el sur de Madagascar, una zona gravemente afectada por la pobreza extrema y muy vulnerable a los riesgos naturales, incluida la sequía.
Denise, agricultora y madre soltera de dos, vive en el pueblo de Anjamahavelo.
"La sequía dura ya varios años y mi terreno no produce casi nada. Hay días en los que sólo podía ofrecer a mis niños y niñas una comida al día. Hoy, gracias a Fagnavotse, he podido abrir un pequeño negocio de arroz y judías para cubrir nuestras necesidades y construir una nueva casa un poco más grande", dice.

Fagnavotse llegó a más de 75.000 personas beneficiarias, de las que el 60% eran mujeres y niñas, durante los dos años de ejecución, un periodo que coincidió con la crisis más grave que ha vivido el Sur en las últimas cuatro décadas. Entre otros resultados cabe destacar:
- Las transferencias de efectivo llegaron a unos 9.000 hogares, entre ellos más de 24.000 niños y niñas.
- 200 de los hogares más vulnerables fueron incluidos en el plan de protección sanitaria no contributiva, con cobertura total de los gastos médicos.
- Los nuevos Centros de Orientación y Asesoramiento Jurídico atendieron a más de 1.600 supervivientes de la violencia de género y los abusos, al tiempo que ayudaron a la comunidad y a las familias a resolver conflictos sin recurrir a la violencia de género y doméstica; esto ofreció una mayor estabilidad a los niños y niñas.
- Más de 5.000 pequeños agricultores, de los cuales el 75% eran mujeres, se beneficiaron de un seguro agrícola.
- Los agricultores beneficiarios también recibieron formación en buenas prácticas agrícolas para hacer frente a los riesgos climáticos y se les proporcionaron insumos agrícolas y pequeñas herramientas.
Durante mi visita a los emplazamientos donde se ejecuta el proyecto, en mayo de 2022, también observé cómo la formación en materia de conocimientos financieros aumentaba el número de planes de ahorro comunitarios, la mayoría de los cuales estaban dirigidos por mujeres.
Entre los niños y niñas de los hogares que se benefician del programa Fagnavotse, el 80% están escolarizados, en un distrito en el que una encuesta del WFP mostraba que el 75% de los niños y niñas abandonaban la escuela para ayudar a sus familias a buscar alimentos, lo que demuestra el virtuoso círculo creado por el apoyo prestado a los hogares vulnerables.
En las primeras fases del proyecto, fue un desafío establecer sinergias entre todas las acciones e intervenciones, especialmente con la llegada de la COVID-19 en 2020.
Sin embargo, como Coordinadora Residente, mi función era garantizar que, desde la planificación hasta la ejecución, todas estas intervenciones estuvieran plenamente integradas entre sí. Ante los desafíos de ejecución, por ejemplo, en el caso de la integración de los sistemas de protección social en los centros sanitarios básicos, animé a los responsables de las entidades a reflexionar y buscar enfoques alternativos.
Del mismo modo, durante mi primera visita sobre el terreno al lugar del proyecto con las entidades ejecutoras a mediados de 2021, apoyé a las entidades que estaban experimentando contratiempos para acelerar su progreso aprovechando la experiencia de otros asociados, incluida la OMS. El impacto de esta sinergia mejorada fue evidente y fue ampliamente apreciado por los asociados del Gobierno y de las ONG cuando visitaron el lugar conmigo ese mismo año.
Gracias a estos esfuerzos conjuntos y a la coordinación, el programa Fagnavotse ha sentado las bases de un sistema de protección social que responde a las necesidades de los más vulnerables de Madagascar. El programa logró resultados positivos al establecer un sistema de protección social más amplio e integrado, más allá de las transferencias de efectivo. Por lo tanto, insto a que el programa continúe y se amplíe a nivel regional o nacional, especialmente en las regiones del sur y el sureste de Madagascar, que son especialmente vulnerables a los riesgos naturales, principalmente los ciclones y las sequías.
Lianarahe, beneficiaria de Anjamahavelo, en el sur de Madagascar, también espera que el programa Fagnavotse continúe porque, por primera vez en su vida, esta madre de siete hijos -con todos ellos escolarizados- no tiene deudas.
"Antes, siempre teníamos dificultades para afrontar la vida cotidiana, y era raro que pudiéramos permitirnos almorzar al mediodía. Hoy he conseguido ahorrar dinero. Nunca había podido ahorrar hasta este nivel".
Fagnavotse ha recibido el apoyo de la OIT, UNFPA, UNICEF y WFP, con mecanismos de financiación del Fondo Conjunto para los ODS (Joint SDG Fund, en inglés). Entre sus donantes se encuentran Dinamarca, la Unión Europea, Alemania, Irlanda, la República de Corea, Luxemburgo, los Países Bajos, Noruega, Portugal, Suecia, España y Suiza.
Este blog fue publicado originalmente por el Fondo Conjunto para los ODS. Ha sido adaptado y editado por la Oficina de Coordinación del Desarrollo.