Los efectos de la crisis ucraniana se dejan sentir en todo el mundo, según el jefe de las Naciones Unidas, desde los precios de los alimentos hasta el coste de la vida

El Secretario General de las Naciones Unidas, António Guterres, declaró el miércoles en una conferencia de prensa para presentar el último informe sobre las repercusiones del conflicto en la seguridad alimentaria, la energía y la financiación, que los efectos de la guerra en Ucrania han generado una grave crisis del coste de la vida de la que ningún país o comunidad puede escapar.
Se calcula que 1.600 millones de personas en 94 países están expuestas a al menos una de las dimensiones de la crisis, y que alrededor de 1.200 millones viven en países con una "tormenta perfecta" y son muy vulnerables a las tres dimensiones, según revela el informe del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial (Global Crisis Response Group, GCRG, en inglés).
‘Una nueva realidad’
El jefe de las Naciones Unidas dijo que el mensaje es claro e insistente: los países deben actuar ahora para salvar vidas y medios de subsistencia.
"Tres meses después de la invasión rusa de Ucrania, nos enfrentamos a una nueva realidad", dijo a los periodistas.
"Para los que están sobre el terreno, cada día trae un nuevo derramamiento de sangre y sufrimiento. Y para la gente de todo el mundo, la guerra amenaza con desatar una ola de hambre y miseria sin precedentes, dejando a su paso el caos social y económico."
Además, la crisis está amplificando las consecuencias de otros retos a los que se enfrentan los países, como la emergencia climática, la pandemia de la COVID-19 y las desigualdades en los recursos para la recuperación tras la pandemia.
Según el informe, el aumento del hambre desde el inicio de la guerra podría ser mayor y estar más extendido.
El número de personas con inseguridad alimentaria grave se duplicó, pasando de 135 millones antes de la pandemia a 276 millones en sólo dos años. El efecto dominó de la guerra podría elevar esta cifra a 323 millones.
‘Carrera contra el tiempo’
La jefa del organismo de comercio y desarrollo de las Naciones Unidas, Rebeca Grynspan, que codirige la sección de finanzas del Grupo de Respuesta a la Crisis Mundial, presentó el informe. Afirmó que el mundo se encuentra en "una carrera contra el tiempo", y que la inacción será más costosa que la búsqueda de soluciones.
La crisis del coste de la vida podría desencadenar un "ciclo de malestar social que llevaría a la inestabilidad política", advirtió.
Alrededor del 60% de los trabajadores de todo el mundo tienen ya unos ingresos reales más bajos que antes de la pandemia, lo que significa que las familias tienen que elegir entre saltarse las comidas, mantener a los niños en la escuela o pagar las facturas médicas, por ejemplo.
"La actual crisis alimentaria puede convertirse rápidamente en una catástrofe alimentaria de proporciones mundiales en 2023", afirmó Grynspan, directora de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD).
El aumento de los costes energéticos y las restricciones comerciales al suministro de fertilizantes desde la región del Mar Negro han hecho que los precios de los fertilizantes suban incluso más rápido que los de los alimentos.
Dijo que si la guerra continúa, y los altos precios de los cereales y los fertilizantes persisten en la próxima temporada de siembra, se producirá una escasez de otros alimentos básicos, como el arroz, que afectará a miles de millones más en todo el mundo.
‘Paquete de medidasl’ para las exportaciones
El informe deja claro que el impacto de la guerra en la seguridad alimentaria, la energía y las finanzas es sistémico, grave y se está acelerando, dijo el Secretario General de las Naciones Unidas.
Aunque poner fin al mortífero y devastador conflicto es la única manera de detener la "tormenta que se avecina", el jefe de las Naciones Unidas pidió que se actúe inmediatamente en dos frentes: estabilizar los mercados mundiales de alimentos y energía y apoyar a los países más pobres en la crisis.
Dijo que la Sra. Grynspan y el jefe de asuntos humanitarios de las Naciones Unidas, Martin Griffiths, coordinarán dos grupos de trabajo para encontrar un "paquete de medidas" que permita que los alimentos producidos en Ucrania se exporten de forma segura a través del Mar Negro, mientras que los alimentos y fertilizantes rusos tendrían un acceso sin obstáculos a los mercados mundiales.
Los altos funcionarios ya han comenzado a trabajar estrechamente con las partes de los dos países, así como con Türkiye, la Unión Europea y Estados Unidos, aunque el Secretario General se abstuvo de hacer más comentarios para no poner en peligro las posibilidades de éxito.
"La producción de alimentos de Ucrania, y los alimentos y fertilizantes producidos por Rusia, deben volver a los mercados mundiales, a pesar de la guerra", dijo.
Apoyar a los países vulnerables
Destacando que no hay solución a la crisis mundial sin resolver también la crisis económica del mundo en desarrollo, el jefe de las Naciones Unidas pidió más recursos para ayudar a los países y comunidades más pobres del mundo en estos momentos.
"Los gobiernos deben poder pedir prestado el dinero que necesitan para mantener sus economías a flote y a su gente prosperando", dijo.
"El sistema financiero mundial debe superar sus deficiencias y utilizar todos los instrumentos a su disposición, con flexibilidad y comprensión, para prestar apoyo a los países y personas vulnerables".
Este artículo se publicó originalmente en inglés en UN News. También puede leer las declaraciones del Secretario General en la presentación del primer informe del GCRG aquí.
















