Mujeres y niñas de todo el mundo lideran la lucha contra el cambio climático

Hace unos quince años, Balgis Osman-Elasha, uno de los principales autores del Cuarto Informe de Evaluación del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC), el organismo de la ONU encargado de evaluar la ciencia relacionada con el cambio climático, señaló: “Cada vez se considera que las mujeres son más vulnerables que los hombres a los impactos del cambio climático, principalmente porque representan la mayoría de los pobres del mundo y son proporcionalmente más dependientes de los recursos naturales amenazados”.
El trabajo para lograr la igualdad de género es clave para afrontar los crecientes riesgos que plantea el cambio climático.
Y cada vez hay más pruebas de que las mujeres son las mejores defensoras de la lucha contra el cambio climático, respondiendo al llamamiento de António Guterres cuando el Secretario General de la ONU dio la voz de alarma sobre la importancia de tomar medidas climáticas como parte de sus prioridades para 2022.
En todo el mundo, las mujeres y las niñas están trabajando como líderes y agentes de cambio, movilizando la acción para la mitigación y la adaptación al cambio climático. Están liderando iniciativas de sostenibilidad, y su participación está dando lugar a un enfoque coordinado para abordar la acción climática.
Hoy, en el Día Internacional de la Mujer, rendimos homenaje a la visión, el trabajo duro y los consiguientes logros de las mujeres que están liderando la lucha contra el flagelo del cambio climático en sus comunidades.
A través de estas cinco historias desde el terreno sobre el importante papel que desempeñan las mujeres en brindar respuestas eficaces al cambio climático, nos inspiramos en su dedicación, valor y creatividad mientras nos esforzamos por alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible:
Empoderar a las mujeres del norte de Tanzania para que se conviertan en promotoras de la resiliencia y la adaptación climáticas

Gladness Gilole, quien abandonó la escuela y se casó a los 15 años, nunca habría imaginado que un día sería dueña de su propia granja, gestionaría su propio negocio y sería capaz de mantenerse a sí misma y a sus hijos.
Viviendo en Sale, Ngorongoro, una pequeña comunidad del norte de Tanzania, Gladness solía luchar para llegar a fin de mes en un entorno duro en el que el aumento de las temperaturas y la escasez de agua amenazaban seriamente el bienestar de su ganado, que constituye su principal fuente de ingresos.
Tras el fallecimiento de su marido, ella lo perdió todo.
Entonces, en 2020, el "Energize Project"— una iniciativa implementada por ONU Mujeres y Pastoral Women’s Council, con el apoyo de la Agencia de Cooperación Internacional de Corea—la capacitó a ella y a otras 100 mujeres en emprendimiento. A través del proyecto, también aprendió a instalar equipos solares, a fabricar ladrillos ecológicos y a construir sistemas de biogás sostenibles para reducir la dependencia de la leña para iluminar y cocinar.
Gladness utilizó sus nuevos conocimientos sobre la fabricación de ladrillos para construir su propia casa y fue contratada para construir un dispensario sanitario en su pueblo.
Hoy en día, ella está prosperando.
“Volví a Sale y ahora soy propietaria de una granja, dirijo un negocio de sastrería y vendo e instalo equipos solares”, explica.
Gladness también se ha convertido en un agente de cambio que trabaja con otras niñas de su aldea, a las que orienta y enseña las técnicas de adaptación que ella adquirió.
“Quiero ayudar a otras mujeres jóvenes a ver que hay esperanza para su futuro, y quiero desempeñar un papel para que esa esperanza se haga realidad”, añadió.
Lea la historia completa de Gladness, publicada originalmente en inglés en el sitio web de ONU Mujeres, el 16 de febrero de 2022.
Cuba: Fomentar la igualdad de género mediante una agricultura resiliente al clima
En Cuba, solo un 17.2% de las más de 800 mil personas incorporadas al trabajo agrícola son mujeres. Para cambiar esta realidad, distintos proyectos de las Naciones Unidas orientados a hacer frente al cambio climático en el sector agrícola han identificado medidas afirmativas para promover la igualdad de género.
“Antes perdíamos producción cuando sembrábamos, ahora con las capacitaciones tenemos más rendimiento, aprovechamos más la tierra”, explica Sandra Garlobo, una productora de maíz que se enorgullece de ser sostén de familia mientras su esposo se recupera de una enfermedad.
Gracias a estos programas apoyados por la ONU, Sandra se entusiasma: “Nos ha llegado tecnología para hacer más eficiente lo que hacemos: una trilladora para desgranar el maíz, implementos, básculas, mantas para el tapado de maíz y un medidor de humedad para ver su grado de secado”, detalla Sandra.
Otra productora agrícola, Yusimí Leyva Paz, adquirió las habilidades para aumentar la resiliencia ante la sequía: “En la finca, hemos construido pozos para acumular el agua de la lluvia, regamos los cultivos en horarios de la tarde para ahorrar y que no se nos evapore el agua”.
Al mismo tiempo, Yusimí también explica que tanto en la finca como en el hogar distribuye las tareas de manera equitativa junto a su esposo. “Me siento una mujer muy realizada porque siempre quise tener mi familia así, vivir de lo que uno produce”.
Por su parte, Elianys de la Caridad Pérez, dueña de una finca, ha compartido cómo ella ha tenido que enfrentarse a estereotipos, como la falsa idea de que la agricultura no era un trabajo de mujeres. Ella recurrió a las iniciativas organizadas por el equipo de las Naciones Unidas en Cuba para aprender sobre semillas resistentes, manejo de los suelos y variedades de granos. Pero también aprendió sobre la importancia de la igualdad de género y el papel de las mujeres en la lucha contra el cambio climático:
“Hoy siento que una luz nos alumbró el camino, podemos hablar de equidad de género y de igualdad de derechos con los hombres. Me paro al lado de ellos y les digo: 'Ustedes tienen su economía y producen, y nosotros también'”.
Con el apoyo del PNUD, PMA y FAO, Sandra, Yusimí y Elianys han mejorado notablemente la producción de alimentos en sus fincas. Lo que tal vez no pudieron imaginar es que, a los ojos de muchos, tan relevantes como sus resultados en el trabajo agrícola, son sus aprendizajes y contribuciones a la igualdad de género.
Obtenga más información sobre el trabajo de las Naciones Unidas en Cuba en Cuba.UN.org.
Las jóvenes marroquíes lideran la acción climática

“Son los jóvenes quienes pueden inclinar la balanza hacia el lado correcto en la lucha contra el cambio climático”, recordó Manal Bidar, una joven activista de la ciudad de Agadir (Marruecos) comprometida con la acción climática.
Ahora ella tiene 18 años, pero Manal participó en su primera acción para preservar el medio ambiente y actuar para mitigar el impacto del cambio climático cuando sólo tenía 13: “con mis amigos de un club local, limpiamos una playa”.
Desde entonces, ella ha hecho de la movilización de los jóvenes para la acción climática y la participación en las negociaciones mundiales sobre el clima su objetivo.
Es embajadora del African Youth Climate Hub, una plataforma que reúne a jóvenes activistas africanos comprometidos con la lucha contra el cambio climático, y es asesora del Global Center on Adaptation (GCA), una organización internacional sin ánimo de lucro que trabaja para acelerar, innovar y ampliar las soluciones de adaptación para promover la resiliencia climática en todo el mundo.
Al igual que Manal, Hasnae Bakhchouch, una estudiante de 22 años de Rabat, la capital de Marruecos, también está actuando para hacer frente al impacto del cambio climático en nuestro planeta y en las personas. Ella advierte que “con sus efectos adversos sobre la biodiversidad y la salud de los seres vivos, el cambio climático pone en peligro a las sociedades y puede provocar conflictos por el acceso a los recursos naturales”.
Hasnae fue coordinadora nacional de la delegación juvenil marroquí en la Conferencia de la Juventud de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada a finales de septiembre de 2021 en Milán, Italia.
“El objetivo [de la Conferencia] era incluir a los jóvenes en la lucha contra el cambio climático ayudándoles a redactar recomendaciones para la [26ª conferencia de las Naciones Unidas sobre el cambio climático] (COP26), [que se celebró en Glasgow, Escocia, en 2021]”, explica.
Lea la historia completa en nuestro sitio web.
Las jóvenes encabezan la acción climática en Tailandia

Cada día, mujeres inspiradoras y resilientes están al frente de la protección de nuestro planeta.
Entre ellas están Aminta Permpoonwiwat y Phatteeya Yongsanguanchai, ambas de 16 años y delegadas tailandesas de #Youth4Climate en la Conferencia de la Juventud sobre el Clima de la ONU en Milán.
Aminta y Phatteeya fueron seleccionadas entre más de 8.000 jóvenes de todo el mundo para participar en el proceso de elaboración de políticas en el ámbito de la acción climáticas.
Tienen una misión especial en este Día Internacional de la Mujer y es seguir avanzando en la igualdad de género en la acción climática junto a los ganadores de 'Embajadores por un día' #AmbassadorForADay 2022, organizado por las Naciones Unidas en Tailandia.
“Una niña tiene posibilidades ilimitadas si se le da la oportunidad de crecer y esforzarse”, dice Phatteeya.
Del mismo modo, Aminta puso en marcha un proyecto de tutoría de jóvenes para enseñar a estudiantes desfavorecidos sobre la sostenibilidad.
Ella explica que “al empoderar a todos los niños y niñas y eliminar las disparidades de género y otras socioeconómicas, espero que se conviertan en impulsores clave de la resiliencia climática. El cambio climático es responsabilidad de todos”.
Respecto a su experiencia en Milán, Aminta dice: “Estoy agradecida por todo, pero mi misión no está cumplida todavía. A medida que el cambio climático avanza, también lo hace mi viaje”.
Conozca más información sobre la iniciativa #AmbassadorForADay de ONU Tailandia.
Bosnia y Herzegovina: las jóvenes lideran a través de su ejemplo

Para la gran mayoría de los jóvenes de Bosnia y Herzegovina – el 72% de aquellos menores de 18 años – el cambio climático es una emergencia, lo que pone de manifiesto la necesidad de escuchar sus aspiraciones y apoyar su papel como positivos agentes de cambio en lo que respecta a la acción climática.
“Aunque nosotros, los jóvenes, no seamos directamente responsables del cambio climático, somos los que lo sentimos en nuestra piel”,
Así lo expresa Anastasija, una activista climática de 19 años que iba a representar a Bosnia y Herzegovina en la Conferencia de las Partes en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, celebrada en Glasgow.
Criada en una familia con conciencia ecológica y consciente de cómo la naturaleza sufre el impacto humano, mantiene vivo este conocimiento y trata de transmitirlo a los jóvenes que la rodean. Por ejemplo, para Anastasija, leer los ingredientes y las etiquetas nutricionales para ver si sus alimentos se producen de forma sostenible no es una cuestión trivial. Se toma todo el tiempo necesario para asegurarse.
“Me he dado cuenta de que cada vez más gente presta atención a lo que come”, continúa Anastasija, “no debemos asustarnos, sino concienciarnos del problema y empezar a trabajar para solucionarlo”.
Emina, otra joven defensora del clima de Bosnia y Herzegovina, está completamente de acuerdo. De hecho, decidió cambiar su dieta tras conocer los efectos negativos de la producción de carne y otros segmentos de la industria alimentaria sobre la naturaleza.
“Yo creo que debería haber más conciencia, porque mucha gente no entiende los procesos que están ocurriendo”, explica.
Emina participó recientemente en la Academia del Cambio Climático (Climate Change Academy, en inglés), un proyecto implementado por el PNUD y financiado por el Fondo Verde del Clima. Este compromiso reforzó su decisión de desempeñar su papel en la información de la gente sobre el impacto del cambio climático y la adopción de medidas climáticas para abordarlo. “Primero, hay que educar – y luego cambiar los hábitos”, afirma.
Recopilado y editado por el equipo de comunicaciones e informes de resultados de la Oficina de Coordinación del Desarrollo de las Naciones Unidas en Nueva York, con mucho agradecimiento a la contribución de colegas de todo el mundo, incluidos nuestros equipos de la ONU en Tanzania, Cuba, Marruecos, Tailandia y Bosnia y Herzegovina, donde se publicaron originalmente los materiales que inspiraron este artículo.
Para saber más sobre los resultados de nuestro trabajo en esta área y otras iniciativas para acelerar el progreso hacia los Objetivos de desarrollo sostenible, por favor lea la sección dedicada a los ODS dentro del informe de la presidenta del GNUDS sobre la OCD.
















